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Veinte Anos Después

Couverture du livre « Veinte Anos Después » de Alexandre Dumas aux éditions Culturea
  • Date de parution :
  • Editeur : Culturea
  • EAN : 9791041934072
  • Série : (-)
  • Support : Papier
Résumé:

En un cuarto del palacio del cardenal, palacio que ya conocemos, y junto a una mesa llena de libros y papeles, permanecia sentado un hombre con la cabeza apoyada en las manos. A sus espaldas habia una chimenea con abundante lumbre, cuyas ascuas se apilaban sobre dorados morillos. El resplandor... Voir plus

En un cuarto del palacio del cardenal, palacio que ya conocemos, y junto a una mesa llena de libros y papeles, permanecia sentado un hombre con la cabeza apoyada en las manos. A sus espaldas habia una chimenea con abundante lumbre, cuyas ascuas se apilaban sobre dorados morillos. El resplandor de aquel fuego iluminaba por detras el traje de aquel hombre meditabundo, a quien la luz de un candelabro con muchas bujias permitia examinar muy bien de frente. Al ver aquel traje talar encarnado y aquellos valiosos encajes; al contemplar aquella frente descolorida e inclinada en senal de meditación, la soledad del gabinete, el silencio que reinaba en las antecamaras, como también el paso mesurado de los guardias en la meseta de la escalera, podia imaginarse que la sombra del cardenal de Richelieu habitaba aún aquel palacio. Mas ¡ay! sólo quedaba, en efecto, la sombra de aquel gran hombre. La Francia debilitada, la autoridad del rey desconocida, los grandes convertidos en elemento de perturbación y de desorden, el enemigo hollando el suelo de la patria todo patentizaba que Richelieu ya no existia. Y mas aún demostraba la falta del gran hombre de Estado, el aislamiento de aquel personaje; aquellas galerias desiertas de cortesanos; los patios llenos de guardias aquel espiritu burlón que desde la calle penetraba en el palacio, a través de los cristales, como el halito de toda una población unida contra el ministro; por último, aquellos tiros lejanos y repetidos, felizmente, disparados al aire, sin mas fin que hacer ver a los suizos, a los mosqueteros y a los soldados que guarnecian el palacio del cardenal, llamado a la sazón Palacio Real, que también el pueblo disponia de armas.

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