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Misericordia

Couverture du livre « Misericordia » de Benito Perez Galdos aux éditions Culturea
  • Date de parution :
  • Editeur : Culturea
  • EAN : 9791041935710
  • Série : (-)
  • Support : Papier
Résumé:

Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastian... mejor sera decir la iglesia... dos caras que seguramente son mas graciosas que bonitas: con la una mira a los barrios bajos, enfilandolos por la calle de Canizares; con la otra al senorio mercantil de la Plaza del Ángel.... Voir plus

Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastian... mejor sera decir la iglesia... dos caras que seguramente son mas graciosas que bonitas: con la una mira a los barrios bajos, enfilandolos por la calle de Canizares; con la otra al senorio mercantil de la Plaza del Ángel. Habréis notado en ambos rostros una fealdad risuena, del mas puro Madrid, en quien el caracter arquitectónico y el moral se aúnan maravillosamente. En la cara del Sur campea, sobre una puerta chabacana, la imagen barroca del santo martir, retorcida, en actitud mas bien danzante que religiosa; en la del Norte, desnuda de ornatos, pobre y vulgar, se alza la torre, de la cual podria creerse que se pone en jarras, soltandole cuatro frescas a la Plaza del Ángel. Por una y otra banda, las caras o fachadas tienen anchuras, quiere decirse, patios cercados de verjas mohosas, y en ellos tiestos con lindos arbustos, y un mercadillo de flores que recrea la vista. En ninguna parte como aqui advertiréis el encanto, la simpatia, el angel, dicho sea en andaluz, que despiden de si, como tenue fragancia, las cosas vulgares, o algunas de las infinitas cosas vulgares que hay en el mundo. Feo y pedestre como un pliego de aleluyas o como los romances de ciego, el edificio bifronte, con su torre barbiana, el cupulin de la capilla de la Novena, los irregulares techos y cortados muros, con su afeite barato de ocre, sus patios floridos, sus hierros mohosos en la calle y en el alto campanario, ofrece un conjunto gracioso, picante, majo, por decirlo de una vez. Es un rinconcito de Madrid que debemos conservar carinosamente, como anticuarios coleccionistas, porque la caricatura monumental también es un arte. Admiremos en este San Sebastian, heredado de los tiempos viejos, la estampa ridicula y tosca, y guardémoslo como un lindo mamarracho.

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