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Colmillo blanco

Couverture du livre « Colmillo blanco » de Jack London aux éditions Culturea
  • Date de parution :
  • Editeur : Culturea
  • EAN : 9791041937172
  • Série : (-)
  • Support : Papier
Résumé:

A un lado y a otro del helado cauce se erguia un oscuro bosque de abetos de cenudo aspecto. Hacia poco que el viento habia despojado a los arboles de la capa de hielo que los cubria y, en medio de la escasa claridad, que se iba debilitando por momentos, parecian inclinarse unos hacia otros,... Voir plus

A un lado y a otro del helado cauce se erguia un oscuro bosque de abetos de cenudo aspecto. Hacia poco que el viento habia despojado a los arboles de la capa de hielo que los cubria y, en medio de la escasa claridad, que se iba debilitando por momentos, parecian inclinarse unos hacia otros, negros y siniestros. Reinaba un profundo silencio en toda la vasta extensión de aquella tierra. Era la desolación misma, sin vida, sin movimiento, tan solitaria y fria que ni siquiera bastaria decir, para describirla, que su esencia era la tristeza. En ella habia sus asomos de risa; pero de una risa mas terrible que todas las tristezas..., una risa sin alegria, como el sonreir de una esfinge, tan fria como el hielo y con algo de la severa dureza de lo infalible. Era la magistral e inefable sabiduria de la eternidad riéndose de lo fútil de la vida y del esfuerzo que supone. Era el barbaro y salvaje desierto, aquel desierto de corazón helado, propio de los paises del norte. Pero, a pesar de todo, alli habia vida; lo que significaba, sin duda, todo un reto. Por la pendiente del helado cauce bajaba penosamente una hilera de perros que parecian mas bien lobos. La escarcha cubria un hirsuto pelaje. El aliento se les helaba en el aire en cuanto salia de su boca, era despedido hacia atras en vaporosa espuma hasta posarse en sus pies, en donde se cristalizaba. Los perros llevaban sendos jaeces de cuerpo, como tirantes, que los mantenian unidos a un trineo que arrastraban. El vehiculo, especie de narria, habia sido construido de recias cortezas de abedul, carecia de cuchillas o patines, y toda su superficie inferior descansaba sobre la nieve. La parte delantera del trineo estaba vuelta hacia arriba, a fin de que pudiera penetrar por la gran ola de nieve blanda que le dificultaba el paso. Atada fuertemente sobre el trineo, se veia una caja estrecha y larga, rectangular. Habia también otros objetos: mantas, una gran hacha, una cafetera y una sartén; pero lo que ocupaba la mayor parte del sitio disponible, destacandose sobre todo lo demas, era la caja estrecha y larga, de forma rectangular.

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